Cuidadora en apuros

Cuidadora en apuros

Hola soy Andreina, mami de Daniela Valentina, quien tiene 10 años y fue diagnosticada con  Leucemia (alto riesgo) el pasado Abril del 2020. El diagnóstico una catástrofe, en pandemia y en un país donde las condiciones sanitarias son nulas.


Ese 24 de Abril, confieso que no entendía nada, ni siquiera la conmoción de personas allegadas y el equipo sanitario que nos atendió, solo active mi armadura y me conecte con el hacer, con todas esas labores que creía debía hacer para lograr la sanación de mi niña, no quería detalles, ni oír mencionar la palabra Cáncer… “solo que me hablarán de Leucemia y  las pautas de lo que tenía que hacer”, protocolos, medicamentos, costos, aunque en las noches no lograba descansar solo lloraba, sentía que algo muy fuerte estaba destruyendo mi corazón, mi estabilidad y lo que yo creía controlaba en mi vida,  pero al salir el sol, me volvía a vestir con la armadura.


Así pasaron los días,  donde me esforzaba por no mostrar la hipersensibilidad que tenía  ante todo lo que sucedía a mí alrededor, pero igual me veía débil. Tanta gente que nos ama, que querían cuidarme, alimentarme, recordándome la mujer  y ser humano que soy,  que olvide o quizás ahora que escribo estas líneas les confieso que destruí, con la rabia de mirarme vulnerable e insuficiente para mi pequeña.

Llegamos a España con dos maletas, y un deseo enorme de salvar a nuestro tesoro, hubo tareas que exigían la migración, perfectas para mi personalidad, así que seguí ampliando mi libreta de pendientes, con trámites legales y supervivencia, porque en realidad no teníamos ni donde vivir.


Al aeropuerto de Barajas, llego solo una madre y esposa que por amor haría todo lo necesario para acompañar a su niña en esta dura experiencia, abonando terreno y bajando nubes para hacerle más confortables sus pisadas.

 

El hospital se convirtió en mi hogar, mi refugio…  mi cabeza era un torbellino de pensamientos, sensaciones nuevas para mí, y cuando tenía que emitir algún sonido, procuraba que fuera música para quien me escuchaba, “todo bien”, “progresando”, “es parte del proceso”, “no necesito nada”  y la verdad es que todo era una desastre, es muy duro, ver a mi hija recibiendo una bomba química… para Sanar, donde muchas noches la morfina era nuestra aliada.

 

 

Un día tuvieron que hacerle una tomografía urgente, por una repentina  inflamación, ya teníamos días con una mucositis grado 4, vomitaba sangre… en ese momento esperando afuera en la sala, me dije “esto no está bien”, yo no me siento bien, no tenía la capacidad ni siquiera de expresar lo que sentía, fue la primera vez que tuve una mínima consciencia sobre mí, pero igual seguí adelante… fui realmente muy atrevida y  cabeza dura en continuar sin ayuda, creía que leyendo y poniendo en práctica herramientas que aprendí en el pasado, podía con todo… si, alivianaba algunas cargas, pero ya estaba muy agotada emocionalmente.

Meses después acepte el acompañamiento de Andrea… fue liberador, porque no es solo el Cáncer como la enfermedad de mi hija… era como yo  convivía con eso y como podía ser su mejor apoyo, soy Cuidadora, una mamá cuidadora.

 

Logré entrar en una habitación oscura de mi alma y pude ver  la frustración, ese desvanecimiento  de la mujer independiente, profesional, con ideas de futuro, la que el miedo y la incapacidad invadían cada latido. Logré darme cuenta de todas las competencias que tenía y que solo era necesario observarlas y empoderarme con ellas.

Aprendí que para ser la mejor cuidadora, es importarme cuidarme, conversar, saber que está bien lo que siento, que está bien ser frágil… sentir miedo y reconocer que el amor es mi herramienta más valiosa para crear una nueva realidad, el amor de un cuidador es irremplazable,  es lo que te da la habilidad para responder ante cualquier situación.


Elegí seguir viviendo esta experiencia sin porqués, creyendo en la sanación de mi hija, confiando en mi intuición y en la confianza que le puedo ofrecer a ella, para expresar lo que siente, logrando estar a su lado sin ser una carga y  sin dejar atrás esa mejor versión de mí, que está en construcción.


Soy Andreina una cuidadora en apuros, madre, esposa y una mujer con muchos deseos, anhelos y  ganas de seguir adelante.

No dudes ni un segundo en pedir ayuda, para acompañar es importante sanar…

¿Qué es la estética oncológica y qué te puede aportar?

¿Qué es la estética oncológica y qué te puede aportar?

Cuando una persona se somete a un proceso oncológico los tratamientos resultan tan agresivos que afectan de manera directa al estado físico y, como consecuencia, esto ocasiona un impacto social y una repercusión personal en la imagen de la persona afectada que afecta a nivel psicológico.

 

Los tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia generan efectos secundarios en la piel como deshidratación extrema, piel reactiva, labios resecos, erupciones cutáneas, picores, sensibilidad, pérdida del cabello etc.

 

En este punto entra en valor la estética oncológica como una terapia efectiva para recuperar la autoestima y una alternativa para evitar el impacto visual producido por los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer.

 

Si bien es cierto que cuando una persona es diagnosticada de cáncer lo primero en lo que piensa es en recibir lo antes posible el tratamiento, también ocurre que transcurrido un tiempo, cuando los cambios físicos comienzan a tener más presencia en la vida del paciente, la estética oncológica les devuelve la confianza y el amor por su cuerpo. Este “cuidado o autocuidado físico” aporta fortaleza emocional. Al minimizar, en la medida de lo posible, los cambios físicos derivados del tratamiento oncológico, el paciente afronta con más fuerza el tratamiento oncológico, recuperando la confianza en sí misma/o y mejorando su calidad de vida.

 

La estética oncológica abarca el cuidado de la piel tanto antes del tratamiento oncológico como durante y después, teniendo en cuenta el tipo de cáncer, el estadío, el tratamiento recibido y, siempre, bajo la aprobación del médico oncólogo.

 

La estética oncológica no es fácil y no todas las profesionales estéticas están capacitadas para practicarla. Es muy importante asistir a profesionales cualificadas en estética oncológica, investigar y solicitar referencias del centro, y preguntar por una consulta previa para estar segura de que tu elección es la adecuada.

 

Tanto las técnicas utilizadas como los cosméticos para pacientes oncológicos deben restaurar la fisiología de la piel, es decir, aliviar, calmar, hidratar, nutrir y proteger en función de las manifestaciones cutáneas durante todas las fases del tratamiento.

 

Una de las herramientas terapéuticas que más aceptación tienen entre las pacientes es la del maquillaje correctivo, utilizado para corregir imperfecciones, alteraciones pigmentarias, rediseñar cejas y disimular la pérdida de pestañas para que tu piel luzca natural y saludable.

 

Uno de los falsos mitos que conviene desmentir es que los masajes están contraindicados durante la enfermedad. Si los masajes los realiza una persona cualificada, con la presión adecuada, pueden llegar a aliviar las posturas antiálgicas; dolores musculares y pesadez en las extremidades además de mejorar el estado emotivo y mental del paciente.

 

Podríamos decir que una de las partes integrativas en los tratamientos oncológicos es sin duda la Estética Oncológica, ya que permite que la piel del paciente esté en óptimas condiciones para recibir los tratamientos, aportando confort y bienestar, además de devolver la autoestima, el equilibrio y la confianza al paciente, lo que repercute de forma positiva a la hora de enfrentarse a su enfermedad.

 

No olvidemos nunca que cuerpo, mente y espíritu van unidos y que, ahora más que nunca, es el momento de cuidar de ti.

 

 

 

La meditación como herramienta para abordar emociones durante el cáncer

La meditación como herramienta para abordar emociones durante el cáncer

¿Cómo me puede ayudar la meditación si soy paciente en tratamiento con cáncer, o si soy familiar?

Rita te da la respuesta en este vídeo. Es un vídeo inspirador, que transmite paz.

Ésta es la primera charla que hacemos con Rita en abierto. Con ella queremos contar cómo la meditación es una herramienta que usamos habitualmente como complemento de la Terapia Gestalt y para qué sirve. Y con ella hemos implementado grupos de aprendizaje a la meditación para pacientes. Pronto los ofreceremos también para familiares.

Si te quedas con ganas de saber más sobre estos nuevos proyectos que estamos implementando sobre meditación, escríbenos a hola@contraelcancercambiaelguion.org

¿Qué es la prehabilitación oncológica?

¿Qué es la prehabilitación oncológica?

La prehabilitación es un concepto bastante estudiado pero poco usado en la práctica. Es un proceso que ocurre entre el diagnostico y el inicio del tratamiento oncológico.

Hay estudios que comparan el esfuerzo físico de una maratón, esa previa que se hace (entrenar mente y cuerpo…) para tener unos mejores resultados.


Entonces, ¿correrías una maratón sin prepararte?


Lo mismo debería pasar con el cáncer.  Posiblemente los resultados sean menores si nos preparamos física y mentalmente para el proceso que vamos a iniciar.

La prehabilitacion es un programa que tiene lugar entre el momento del diagnostico y el comiendo del tratamiento. Desde el diagnostico hasta que se iniciar el tratamiento tenemos entre 3-4 semanas en algunos casos en los que podemos prepararnos en varios aspectos:

– Nutricionistas

– Ejercicio físico

– Psicología: El apoyo emocional o psicooncología es importante durante el proceso para saber cómo manejar la ansiedad, control de las emociones, técnicas de relajación y respiración,

– Fisioterapeuta

– Médicos: El médico puede corregir aspectos como la anemia, glucemia, trabajar para modificar el estilo de vida (eliminar el tabaco y el alcohol)

El objetivo es valorar las posibles deficiencias que podamos tener para poder enfrentarnos de la mejor forma posible al tratamiento oncológico

Hasta ahora, el paciente había tenido un papel pasivo en el tratamiento del cáncer. Los médicos, los expertos en oncología, decidían sobre el tratamiento. Con la nueva mirada, los pacientes nos estamos volviendo agentes activos. Tenemos acceso a más información y podemos decidir, siempre consultando con un profesional, qué comer, qué ejercicio practicar, cómo entrenar nuestra mente,…En definitiva, complementamos el tratamiento que el equipo médico diseña para nuestro tipo de cáncer.

¿Cuánto suele durar el proceso de prehabilitación?

 

Los programas que se están estudian ahora duran entre 3 a 6 semanas y son abordados por distintos profesionales de la salud.

 

Hay programas que son abordados por un único profesional, como pueda ser un nutricionista, y otros programas que incluyen a más de un profesional implicado. Lo que se están viendo es que es más beneficioso para el paciente que los programas incluyan a varios profesionales

¿Qué beneficios nos ofrece la prehabilitacion?

Los beneficios pueden verse incluso a las pocas semanas de iniciar la prehabilitación según algunos estudios.

Principalmente, los beneficios que obtenemos de la prehabilitación son:

  1. Mejora nuestro estado físico, nutricional y mental
  2. Reduce complicaciones
  3. Reduce la estancia en el hospital
  4. Acelera la recuperación
  5. Mejora la calidad de vida

¿Esto es una realidad o un ideal? En países como Reino Unido, o Canadá, se están llevando a cabo estos programas, aunque no hay nada estandarizado. En España empieza a haber algunos estudios pero aún son aislados. Ya hay profesionales y asociaciones como la nuestra que ofrecen este servicio.

¿Qué hace un dietista-nutricionista en la prehabilitación?

Lo primero es valorar el estado nutricional, valora la ingesta calórica y de proteínas, si son necesarios suplementos, probioóticos, inmunonutrición. Los objetivos principales del dietista nutricionista para con el paciente van a ser:

  • – prevenir la desnutrición: esta relacionada con un peor pronósticos, con peor calidad de vida
  • – controlar la glucemia
  • – gestión del tránsito intestinal
  • – Conservar la masa muscular

Lo primero es hacer un cribado nutricional, que básicamente se traduce en una serie de preguntas que debe responder el paciente para valorar si existe desnutrición. El cribado nutriconal lo suele hacer el área de enfermería.

Una vez que se interpretan los datos (tipo de cáncer, analíticas, tratamiento, el segundo paso sería hacer el diagnóstico nutricional (no es el médico) y se identifica el problema nutricional que tiene el paciente por ejemplo, perdida de apetito, depresión, alteraciones del gusto.


El 3er paso sería la intervención nutricional. Una vez hemos estudiado al paciente y todo lo que le rodea, se le prescriben las pautas que son adecuadas al paciente. Es importante saber que estas pautas pueden ir cambiando a lo largo del proceso, dependiendo del paciente y de su evolución.


El último paso sería monitorizar y hacer seguimiento al paciente para adaptar continuamente

Una alimentación adecuada ayudará a nuestro cuerpo a prepararnos y recuperarnos de una cirugía, a combatir cualquier infección. Para ello, debemos alimentarnos adecuadamente para tener suficientes calorías, proteínas, vitaminas y minerales, y usar suplementos en caso de que sea necesario. Siempre a través de un experto en nutrición.


Hoy en día leemos mucho, y en ocasiones consideramos que cualquier cosa que encontremos por internet es válida. Cuidado con esto. Tengamos en cuenta recomendaciones generales, pero debemos tener en cuenta que no hay alimentos mágicos que curen o eliminen efectos secundarios. A una persona le puede ir bien una serie de alimentos y a otras no. Cada persona es única. Si tienes dudas sobre cómo alimentarte, qué alimentos te vienen bien para eliminar los efectos secundarios que estás experimentando, contáctanos y un nutricionista especializado valorará tu caso de forma individual.

En cuanto a los grupos de nutrientes:

  • – Proteínas: Con la enfermedad las necesidades proteicas aumentan, pero hay que individualizar porque depende del peso, de si nos vamos a preparar para una cirujgía, de nuestros estado de salud, 
  • Las proteínas son necesarias para fortalecer el sistema inmune y mantener la masa muscular (que se suele perder con los tratamientos) y para reducir la tasa de infecciones.
  • – Grasas: son necesarias para absorber algunas vitaminas,
  • – Hidratos de carbona: son la principal fuente de energía y la cantidad dependerá de varios factores
  • – Vitaminas y minerales: es frecuente que haya deficiencias pro el propio tratamiento.

¿Cómo incluyo este grupo de nutrientes en mi día a día?

Cualquier tipo de dieta que lleves a cabo o suplemento que quieras tomar o que te hayan recomendado deber ser supervisado por un equipo profesional, porque hay que tener en cuenta varios aspectos que son importantes para el paciente y su recuperación.

 

La nutrición es clave durante todo el proceso oncológico. Desde el inicio del diagnóstico, hasta el tratamiento para paliar la sintomatología y los efectos secundarios. En la rehabilitación también es importante ya que nos ayudará a contrarrestar algunos efectos secundarios a largo plazo que producen los tratamientos (sofocos, pérdidas de gusto, sobrepeso o osteoporosis, problemas cardiovasculares, hipertensión), mejorar la calidad de vida. Es común, que al año del tratamiento se produzcan deficiencias nutricionales, malabsorción, y realizar un seguimiento y tener control de la nutrición tras el tratamiento es importante.

 

Resumiendo, la prehabilitacion es un conjunto de intervenciones que incluye una alimentación saludable, adecuada y personalizada, y que incluye la práctica de ejercicio físico adaptado al paciente, recibir atención emocional, descansar y eliminar hábitos nocivos. En definitiva se trata de aprovechar el tiempo que tenemos entre el diagnostico hasta el tratamiento para mejorar nuestra salud en varios aspectos y prepararnos para el tratamiento. Y ahora, ¿correriás una maratón sin prepararte?

Víctoria Góngora
Víctoria Góngora

Nutricionista especializada en oncología
Colaboradora CECCEG

¿Cómo alimentarte de forma saludable?

¿Cómo alimentarte de forma saludable?

Alimentación saludable

Es importante que nuestra alimentación esté basada en alimentos saludables y sin procesar (4-5) Para ello se muestran los grupos de alimentos a priorizar:

  • Verduras y hortalizas: tanto en crudo como en cocinado y cuantos más colores se incluyan mejor. Ejemplos: tomate, lechuga, espinacas, brócoli, judías verdes, calabacín, berenjena, pepino, pimiento, etc. Raciones diarias: 2.

  • Frutas: variar y priorizar las de temporada. Ejemplos: manzana, pera, plátano, kiwi, naranja, uvas, fresas, frutos rojos, papaya, piña, cerezas, etc. Raciones diarias: 3.

  • Legumbres: es la reina de las proteínas vegetales. Para mejorar su digestión se recomienda dejar más tiempo en remojo y cocer suficientemente. Además se puede añadir comino para que resulten más digeribles. Ejemplos: lentejas, garbanzos, guisantes, alubias, habas, etc. Raciones semanales: 2-4.

  • Frutos secos y semillas: los frutos secos mejor crudos o tostados sin sal añadida. Las semillas mejor molidas o en remojo. Ejemplo de frutos secos: nueces, almendras, avellanas, piñones, pistachos, anacardos, etc. Ejemplos de semillas: lino, chía, sésamo, etc. Raciones semanales: 3-7.

  • Cereales integrales: mejor integral para su mayor aporte en fibra y los beneficios que ésta aporta. Podemos consumirlos en grano para cocinar, molidos en harina o pasta, o ya preparados como el pan. Ejemplos: trigo, arroz, quinoa, espelta, maíz, trigo sarraceno, centeno, etc. Raciones diarias: 2-4

  • Tubérculos: Bien lavados y cocinados se pueden consumir con su piel (excepto la yuca). Ejemplos: patata, boniato, yuca. Raciones semanales: 2-3.

  • Carne blanca: preferiblemente sin la piel. Ejemplos: pollo, pavo y conejo. Raciones semanales: 3-4

  • Pescado: tanto blanco como azul. Ejemplos de blancos: merluza, gallo, bacalao, etc. Ejemplos de azules: salmón, atún, bonito, caballa, anchoas, sardinas, trucha, etc. Raciones semanales: 3-4.

  • Huevos: aportan una proteína de gran calidad, se pueden consumir sin problema aún con hipercolesterolemia. Raciones semanales: 3-7.

  • Lácteos: mejor en su versión entera y natural. Ejemplos: leche, queso, yogur. Raciones diarias: 1-2.

  • Aceite de oliva virgen extra: tanto en crudo como en cocinado. Raciones diarias: 3-5. 

A continuación se muestra el plato para comer de forma saludable elaborado por la Universidad de Harvard, y que está más actualizado que la famosa pirámide nutricional, además de ser más fácil de entender y extrapolar a la alimentación de cada día. Se explica cómo se ha de repartir en un plato los diferentes grupos de alimentos, para dar una idea de las proporciones:

El Plato para Comer Saludable (Spanish) | The Nutrition Source | Harvard T.H. Chan School of Public Health

Ejemplos de platos completos y saludables:

  • Guiso de lentejas con zanahoria, calabaza y arroz integral

  • Macarrones integrales con salsa de tomate natural, cebolla pochada y atún

  • Pollo al horno con patata, berenjena y calabacín 

  • Ensalada de quinoa integral, tomate, lechuga, remolacha y queso fresco

  • Ensalada de alubias, pimiento, cebolla, zanahoria y huevo duro

Esperamos que este post te haya ayudado a entender mejor cómo alimentarte de forma saludable.

Si estás en tratamiento oncológico y tienes dudas sobre tu alimentación, o estás experimentando efectos secundarios, o tienes otras complicaciones, no dudes en escribirnos o llamarnos

Recomendaciones para enriquecer la alimentación durante el tratamiento oncológico

Recomendaciones para enriquecer la alimentación durante el tratamiento oncológico

¿Cómo debemos alimentarnos si estamos en tratamiento oncológico?

 

Es importante que un especialista en nutrición vea tu caso concreto y pueda aconsejarte de forma particular. Sin embargo, podemos darte algunas recomendaciones generales a tener en cuenta.

 

Ante todo lo más importante es mantener una alimentación lo más variada dentro de lo posible, y tomar diferentes tipos de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescados, etc.De esta forma será más fácil conseguir el aporte adecuado de nutrientes.

 

 

Como las necesidades energéticas y de nutrientes están aumentadas, y por otro lado llegar a los requerimientos nutricionales es más complicado por la propia enfermedad y tratamientos, es recomendable seguir una serie de pautas para enriquecer los platos, como añadir alimentos con gran carga nutricional en poco volumen:

 

En purés, cremas: leche en polvo, semillas, frutos secos crudos o tostados, huevo, queso, aceite de oliva virgen extra, patata, aguacate.

 

En batidos: leche en polvo, semillas, frutos secos crudos o tostados, fruta deshidratada, yogur natural entero, aguacate, chocolate negro.

 

En guisos de legumbres: aceite de oliva virgen extra, huevo, patata.

 

En verduras cocidas: aceite de oliva virgen extra, huevo, queso, salsa con harina integral y leche.

 

En pescado y carnes: salsa con harina integral y leche, aceite de oliva virgen extra, salsas con frutos secos crudos o tostados.

 

En pastas y arroces: queso, aceite de oliva virgen extra, semillas, frutos secos crudos o tostados, huevo, salsas con harina integral y leche, salsas con frutos secos crudos o tostados.

 

 

¿Tienes alguna duda?

 

Escríbemos a hola@contraelcancercambiaelguion.org con tus dudas y agruparemos todas vuestras preguntas para realizar un webinar sobre los temas que más os interesen.

 

 

 

Contra el Cáncer Cambia el Guion

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Insomnio y cáncer

Insomnio y cáncer

Si eres paciente oncológico o familiar, es normal que tengas pensamientos en tu cabeza que alteren la calidad de tu sueño y te impidan dormir como lo hacías antes.

Andrea te cuenta en este vídeo dos técnicas de relajación que te ayudarán a conciliar el sueño.

https://www.youtube.com/watch?v=gFgGTbbPteg  

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Encontrarse con la naturaleza para sentirse bien

Encontrarse con la naturaleza para sentirse bien

¿Sufres de ansiedad durante tu proceso oncológico o por el proceso que atraviesa un familiar? ¿Te sientes con un alto nivel de estrés, fatiga crónica, presión alta o debilitad@?

 ¡Date un baño de bosque!

 

Los últimos estudios científicos confirman lo que ya sabíamos: la práctica del Shinrin-yoku o Baño de Bosque tiene beneficios saludables para el cuerpo y la mente. Indican que pasear entre los árboles actúa a modo de medicina, sin efectos secundarios y con coste cero para las administraciones.

La llamada medicina forestal, ha llegado también a nuestro país y se investiga para aportar más conocimiento sobre cómo los bosques son una fuente de salud.

 

CÓMO PUEDES TOMAR UN BAÑO DE BOSQUE

Consiste en pasar un tiempo en el bosque,cuanto más antiguo sea, mayor cantidad de fitoncidas (compuestos volátiles anticancerígenos que fortalecen el sistema inmunitario y cuyo efecto sobre el organismo a medio y largo plazo es mucho mayor de lo que se había podido imaginar)

Todas las actividades que ayuden a conseguir un estado de conexión contigo mismo y con el entorno son bienvenidas. Así de sencillo!!

Puedes realizar ejercicios de respiración, relajación, meditación, mindfulness, hacer taichi o yoga.

 

SUS EFECTOS TERAPÉUTICOS

Ganar en salud y bienestar, y prevenir la enfermedad, es en resumen de lo que aporta el tomar unos “baños de bosque”.

Los beneficios psicológicos también han sido corroborados por los estudios de medicina forestal. Se relacionan, sobre todo, con la disminución de las emociones negativas: bajan los niveles de ansiedad, los síntomas asociados a la depresión, a la fatiga…

 

1. DISMINUYE EL CORTISOL Y EL ESTRÉS

 

Entre los que lo practican, con los cinco sentidos activados plenamente, los niveles de la hormona cortisol descienden sobre un 12%. Esta práctica mejora el ánimo y baja la ansiedad.

2. BAJA LA TENSIÓN ARTERIAL

 

Mientras se camina entre la naturaleza, con una actitud contemplativa, los sonidos y los olores que se perciben provocan una activación suave del córtex prefrontal y del sistema nervioso autónomo, a la vez que disminuye la tensión arterial. Todo ello contribuye a un estado de saludable bienestar y de relajación.

 

3. UN BUEN PROTECTOR DEL CORAZÓN

 

Dos científicos de la Chiba University, de Tokio –Miyazaki y Juyoung Lee– han estudiado los beneficios del contacto de la naturaleza a todos los niveles para nuestra salud.

El estudio afirma que entre los que practican el Shinrin-yoku hay un descenso del 5,8% en los infartos.

 

4. ALIVIA EL DOLOR CRÓNICO

 

El equipo de investigadores coreanos liderados por el Dr. Han analizaron el efecto de los baños de bosque en pacientes que padecían de dolor crónico, fatiga crónica o fibromialgia. Se evaluó la efectividad de un programa de baños de bosque unido a otras actividades complementarias (relajación, musicoterapia…), y se comprobó que los participantes obtenían mejoras psicológicas con disminución del dolor y mejora del estado de ánimo.

 

5. FORTALECE EL SISTEMA INMUNITARIO

 

Los estudios del Dr. Qing Li, inmunólogo de la Escuela de Medicina de Tokio, indican que los compuestos volátiles emitidos por los árboles son beneficiosos para las defensas.

Al pasear por un bosque, se respiran estos compuestos que, a su vez, aumentan significativamente la concentración en sangre de las células N.K. (del inglés Natural Killer), un tipo de glóbulos blancos que contribuye a la lucha contra las infecciones y el cáncer.

 

6. MEJORA LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO

 

Después de la terapia forestal se experimenta una mejora en la profundidad, en el tiempo y en la percepción de calidad del sueño.

Se ha comprobado también que si los baños de bosque se llevan a cabo hacia la hora del atardecer, incrementa la mejora en el sueño nocturno en personas con dificultades para dormir, ya que la relajación que se produce por la menor necesidad de oxígeno del córtex cerebral es fisiológica y psicológica.

BENEFÍCIATE DE LOS TERPENOS

La densidad de terpenos anticancerígenos que se encuentran en la atmósfera del bosque varía en el transcurso de las estaciones. Aumenta drásticamente en abril y mayo, y en agosto alcanza su punto máximo. Se reduce un poco durante el otoño y en invierno llega al mínimo.

¿Dónde ‘bañarse’ en España?

Listado del Instituto DKV de la Vida Saludable de 12 bosques españoles para la práctica de ‘shinrin-yoku’. Más información y visitas guiadas en: Instituto de baños de bosque

¿Y qué hacer si no podemos escapar al bosque?

“La ciudad no tiene por qué aislarte de la naturaleza: los parques tienen una función igualmente terapéutica”, asegura José Antonio Corraliza.

 

Y una última recomendación del terapeuta gestalt Michel Abriel: “Sabemos que entre las macetas que cuidamos y nosotros se crea un vínculo afectivo, así que tener plantas cerca es altamente positivo. Y tengamos en cuenta que la aromaterapia, los aceites esenciales e incluso las infusiones son una forma de relacionarnos con lo natural sin movernos de casa”. Naturaleza de bolsillo… ¡sin insectos ni agujetas!

Desde la UE, este tema ha merecido su atención a través del programa COST (Cooperación en Ciencia y Tecnología). La Acción E39 –Bosques, Árboles y Salud Humana– involucró a 160 investigadores de 23 países durante cuatro años.

 

“El objetivo es incrementar el conocimiento de cómo los bosques pueden contribuir a una mayor salud y bienestar. Gloria Domínguez –ingeniera forestal, doctora en sociología y participante en la Acción E39– señala cómo desde el sector forestal y científico hay un cierto acuerdo en los beneficios que el bosque puede reportar a la salud”. “No obstante, desde el ámbito político, en nuestro país no ha habido ningún movimiento al respecto. Ahora las recomendaciones tienen que venir desde la sanidad pública –remarca–. Que el mensaje cale. Y que se apliquen políticas encaminadas a ello. Cuanto más valorado está el bosque desde el punto de vista social y de sus beneficios para la salud física y mental de la población, más se trabajará en la preservación”.

 

“En general, en Occidente el sistema sanitario está diseñado para curar enfermedades. En vez de recomendar salud”, opina el doctor Antoni Fernández Solá, especialista en medicina interna y experto en Síndrome de Sensibilización Central, que también participó en la Acción E39. “La biofilia es la apetencia, la afinidad innata, que tiene el ser humano de estar en contacto con la naturaleza, que es de donde viene, su ambiente originario. En las ciudades muchos de los espacios que hemos creado enferman…”

 

 

[Fuentes:https://www.cuerpomente.com/salud/beneficios-banos-bosque-shinrin-yoku_1735 http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20140808/54412779142/banos-de-bosque.html#ixzz3DZY3KzIo https://elpais.com/elpais/2015/03/09/eps/1425914174_251472.html ]

 

 

 

Andrea Mompó

Terapeuta Gestalt

Contra el Cáncer Cambia el Guion

91 051 59 65

hola@contraelcancercambiaelguion.org

El autocuidado en el proceso oncológico

El autocuidado en el proceso oncológico

¿Te cuidas lo suficiente?

El aspecto emocional es tanto o más importante que el físico, por eso, si estás en tratamiento oncológico o eres familiar de un paciente con cáncer te animamos a llamarnos para iniciar terapia con uno de nuestr@s terapeutas Gestalt, financiadas al 100% por la asociación.

Si consideras que no te cuidas lo suficiente, que no estás bien, que necesitas más cuidados, ¡Llámamos!

91 051 59 65

Hola@contraelcancercambiaelguimailto: comunicacion@contraelcancercambiaelguion.orgon.org

Re-Conocerce con el cáncer

Re-Conocerce con el cáncer

¿Qué posibilidades hay de ser diagnósticado de cáncer el mismo día que se declara una pandemia mundial? Nunca se me han dado bien las matemáticas, pero creo que no muchas.

 

Soy Vanessa, tengo 42 años y he pasado por un cáncer de mama no hormonal. Dicen que es “rarito” a mi edad, palabras textuales de dos médicos. Tengo que decir que soy hiperactiva y mi hijo adolescente también, por lo que rarito forma parte de mi normalidad, si es que existe tal cosa.

 

Mi proceso fue que me encontré un bultito sospechoso y fui al ginecólogo, deciros que hacía 4 meses me había hecho eco y mamografía y todo parecía normal. Me encanta la palabra normal, bueno pues gracias a que he sido hipocondríaca toda mi vida, volví al médico y ahí fue cuando cerraron todas las clínicas y hospitales por lo que sólo llegué a que me hicieran la ecografía y tuve que tocar varias puertas hasta que conseguí que me hicieran una biopsia, el proceso posterior supongo que muchas y muchos ya lo conocéis, cirugía, quimioterapia y radioterapia.

 

El cáncer era un conocido para mí porque mi madre, mi abuela y dos tías tuvieron cáncer de mama, por eso yo me miraba desde los 35 años, he visto la experiencia de cada una de ellas y han sido diferentes, aunque han demostrado ser unas valientes y lo han sobrevivido muchos años. También he podido comprobar que la actitud es muy importante, y la compañía y el amor.

 

Los primeros meses estaba tan asustada que tomaba pastillas y vivía en un auténtico thriller, la peor de mis pesadillas. Necesité ayuda psicológica desde el minuto uno, y la pedí, usé todos los recursos que encontré, alimentación, meditaciones, ejercicio, redes sociales, vídeos de youtube, conocí a gente maravillosa, supervivientes con los que contacté por iniciativa propia y me aportaron sus testimonios de viva voz dándome fuerza para caminar por un camino que si bien yo conocía como copiloto, ahora era yo la que pilotaba.

 

No fue nada fácil, más cuando perdí a estas dos tías en un mes, en pleno confinamiento y yo en tratamiento aún, hablaba por teléfono con ellas y me daban ánimos y yo a ellas, resolviendo y perdonando alguna rencilla pasada que no nos íbamos a llevar.

 

Todo me parecía muy fuerte, a ver qué hacía yo con toda esta experiencia, una opción era dejarme caer horrorizada y otra lo que había hecho toda mi vida, adaptarme a la situación y vivir, conectar y re-conocerme. Una de mis nuevas valientes amigas, me recomendó “contra el cáncer cambia el guión”, y allí conocí a Andrea, que me ha acompañado hasta el día de hoy, y gracias a la que he iniciado un proceso interior de sanación y autoconocimiento.

 

Lo más importante que he aprendido y que me ha enseñado el cáncer, es que puedes afrontar este camino como un proceso de degeneración o de regeneración, y esto lo elige cada uno. Puedo pensar en lo duro de los tratamientos o dar las gracias por recibirlos, en maldecir mi suerte o dar gracias a la vida por abrir los ojos cada día y ver a mis hijos. El cáncer me ha enseñado a perdonar y perdonarme por no ser perfecta, ni normal, y a activar procesos curativos internos que trascienden a lo establecido, porque no sólo se cura y sana el cuerpo sino las emociones también.

Las pruebas médicas me dan mucho miedo pero pienso que son sólo fotografías de un instante de mi vida y de mi cuerpo y esto está en continua transformación. Yo soy mucho más que un momento de mi vida, yo soy una experiencia en proceso y agradezco a todos mis acompañantes, entre ellos a Andrea, la oyente que yo pedí que fuera mujer para hacer cómplice de mi tortuosa vida con el sexo masculino, de mis miedos presentes y pasados.

 

A día de hoy, estoy recuperándome de los tratamientos recibidos y acudiendo a revisiones cada 3 meses, mientras tanto vivo. Y me re-conozco, y me paro a escucharme y a observar mis relaciones y mi entorno, ¿a dónde iba tan deprisa?, toda mi vida en estado de alerta sin saberlo, sin disfrutar la vida, me re-conozco porque lo estúpido era vivir como inmortal.

 

 

Vanesa

Recomendaciones generales sobre nutrición para el paciente oncológico

Recomendaciones generales sobre nutrición para el paciente oncológico

Las recomendaciones nutricionales para la población general también se incluyen en el paciente oncológico, aunque en esta situación es especialmente importante conseguir una alimentación sana suficiente para afrontar mejor el tratamiento.

 

 

Por tanto habrá que prestar más atención a que la energía consumida sea igual o mayor a la gastada. Y que los alimentos ayuden a mejorar los posibles síntomas que puedan aparecer en el transcurso de la enfermedad.

Recomendaciones generales en alimentación para pacientes oncológicos:

    • – Alimentación variada, cocinada de forma sencilla (a la plancha, cocida, asada, al vapor, guisos con poca grasa o al microondas) asegurando la ingesta de todos los grupos de alimentos elaborados por la Universidad de Harvard. (Link a post “Alimentación saludable”).
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    • – Limitar la carne roja y derivados, ahumados y salazones. La OMS recomienda tomar la carne roja (cerdo, vaca, cordero, caballo, cabra, buey) un máximo de 1-2 veces en semana.
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    • – Comer en un ambiente agradable, sin prisa, acompañado y en los momentos de mayor apetito.
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    • – Comer poca cantidad y a menudo, al menos 5-6 veces al día.
    • – Evitar alimentos superfluos como la bollería, galletas, cereales refinados o precocinados. Se les llama alimentos superfluos porque aunque aportan bastantes calorías no aportan calidad nutricional, es decir apenas contienen nutrientes saludables como vitaminas, minerales, fibra, proteínas o grasas de calidad.
    •  
    • – Ingerir poco líquido durante la comida. Si la persona llena su estómago de líquido durante la comida, las digestiones serán más lentas, y además puede afectar a la ingesta disminuyéndola ya que resulta saciante. Sí se puede dar algún sorbo de agua o tomar un vaso pequeño.
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    • – Evitar las bebidas alcohólicas y refrescos. El alcohol tiene efectos nocivos sobre la salud, y está ampliamente relacionado con diversas enfermedades como varios tipos de cánceres. Los refrescos son alimentos superfluos, y contienen gran cantidad de azúcares libres, por lo que es muy fácil sobrepasar la cantidad de azúcar libre recomendada por la OMS (>5% de la ingesta total), además si contienen gas pueden incrementar las molestias intestinales.
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    • – Cuidar la presentación del plato. También se come a través de los ojos, así que si la presentación queda bonita en el plato es más probable que despierte el apetito.
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    • – Evitar los olores procedentes de la cocina en la medida de lo posible. Este punto es recomendable si la persona tiene náuseas, ya que los olores pueden propiciarlas.
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    • – Dar un breve paseo antes de las comidas principales. El paciente oncológico durante el tratamiento suele experimentar una pérdida del apetito y una astenia generalizada y pasear antes de las comidas puede ayudar a abrir el apetito.
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    • – Practicar algún ejercicio de fuerza según la condición física es muy recomendable. La pérdida de peso asociada a la masa muscular es muy frecuente en personas con cáncer y está relacionado con un peor pronóstico, por lo que preservar la masa muscular que se tiene es vital para afrontar los diferentes tratamientos.
    •  
    • – Mantener un IMC saludable, recomendable entre 20 y 25.

“Ali

    • Si estás en tratamiento y tienes dudas sobre la alimentación que estás tomando, tienes síntomas que impiden hacer una vida normal o consideras que puedes mejorar la alimentación, no dudes en llamarnos. Te pondremos en contacto con un/a nutricionista especializada en oncología para que te asesore y trabaje contigo una dieta adaptada a tu tipo de tratamiento y características personales. 

Contra el Cáncer Cambia el Guion

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¿Cómo puede ayudarme un trabajador social si padezco cáncer?

¿Cómo puede ayudarme un trabajador social si padezco cáncer?

Hace poco se ha publicado un estudio de la Asociación de afectados por el cáncer de pulmón en el que pone de manifiesto que solo un bajo porcentaje de los pacientes de cáncer de pulmón (7,3%) acuden al trabajador social, y las razones por las que no van son principalmente por el desconocimiento de la profesión (92,7%).

 

¿Realmente sabemos lo que hace un trabajador social? ¿Sabemos en qué nos puede ayudar cuando pasamos una enfermedad como el cáncer?

 

Cuando estaba estudiando trabajo social y me preguntaban lo que estudiaba, tenía que explicar de mil y una formas lo que era el trabajo social, y tenía la sensación de que la mayoría de la gente acababa creando una imagen en su cabeza sin tener en cuenta lo que les explicaba.

 

Posiblemente pensaban en voluntariado y ayuda a los “pobres”. Y lamentablemente, y aunque cada vez más gente conoce la profesión, creo que esa idea se mantiene.

 

En un proceso de cáncer, hay muchos profesionales que intervienen en un caso. Los primeros en hacerlos son los médicos, enfermeros y el resto del equipo médico que trabaja con el paciente. Pero la atención integral al paciente con cáncer es mucho más que el equipo médico.

 

En algunas ocasiones, desde el equipo médico que trata al paciente, hay coordinación con otros departamentos como el de nutrición, trabajo social o psicología. Cada vez más personas creen que la atención integral es necesaria para el paciente y su familia y derivan (en el caso del equipo médico) o buscan (en el caso de los pacientes) a otros profesionales que apoyen el resto de necesidades no médicas que un paciente puede tener.

 

Centrémonos en el trabajador social y sus funciones con el paciente con cáncer y su familia.

 

Primero de todo, ¿Dónde encontramos a un trabajador social?

Hay trabajadores sociales en todos los hospitales públicos y privados de España, también los puedes encontrar en centros de servicios sociales y en asociaciones y fundaciones.

¿Qué hace un trabajador social?

Es un profesional que tiene un enfoque multidisciplinar, que escucha y analiza la situación que el paciente y su familia le plantea para ofrecer los recursos más adecuados a las necesidades reales que presenta, planteando a la persona/s las alternativas posibles y acordando con ellas la idoneidad de las mismas para comenzar con la gestión del plan diseñado para su situación específica.

Dentro de los recursos, puede gestionar recursos públicos y privados. Para ello, el trabajador social está en constante y continua coordinación con distintos profesionales, tanto de la institución para la que trabaja como con otras instituciones. Dependiendo de lo hablado con el usuario, coordinará con psicólogos, médicos, enfermeras, auxiliares, trabajadores sociales de otras instituciones, psicoterapeutas, entrenadores físicos, nutricionistas, voluntarios, etc.

 

Esta coordinación tendrá por objetivo la atención integral al paciente y la consecución de los recursos necesarios para asegurar su bienestar.

 

Al tener una visión amplia de la situación, el trabajador social es capaz de identificar los diferentes aspectos que pueden influir en el paciente y su familia, no centrándose únicamente en el aspecto médico, o psicológico, sino también en otros que tienen que ver con el entorno familiar, la nutrición, el ejercicio físico, el ocio, el aspecto económico, las relaciones sociales, etc.

 

Las situaciones con las que se puede encontrar un trabajador social que atienda a un paciente con cáncer y/o a su familia son muy variadas, y el plan que se diseñe debe ser específico y consensuado con el/la interesad@ y siempre con el objetivo de conseguir el bienestar del paciente aplicando los recursos existentes y disponibles para el mismo.

 

¿Quieres información sobre una ayuda? ¿Crees que necesitas ayuda pero no sabes en qué? ¿Consideras que te falta algo para estar bien?

Ante cualquier duda sobre tu situación, acude a un trabajador social para conocer las posibilidades que tienes y los recursos disponibles.

 

 

 

Trabajadora Social

Contra el Cáncer Cambia el Guion

Cáncer de cervix a los 30 años: experiencia personal

Cáncer de cervix a los 30 años: experiencia personal

Soy Raquel tengo 33 años y quiero contar mi experiencia con el cáncer de cérvix, desde el diagnóstico hasta la recuperación.

 

Tenía 32 años, me dedicaba a la hostelería. Sentía un dolor muy fuerte en la espalda, tan fuerte que me dieron la baja laboral. Todo parecía que era un pinzamiento. Me hicieron varias pruebas, entre ellas de orina, e incluso una citología. En esta última prueba vieron que mi sangrado no era normal pero no le dieron la importancia que merecía. Ahí, también aproveché para comentar que cuando tenía relaciones sexuales solía sangrar, pero no le dieron mucha importancia en ese momento.

 

Unas semanas después, en junio de 2019, tuve que ir a urgencias porque el dolor era mayor. Al comienzo me dijeron que era estreñimiento. A los dos días nuevamente acudí a urgencias por el mismo dolor y comenzaron a hacerme pruebas: eco, tac, análisis, …Yo no entendía qué podía estar pasando. Mi dolor era de espalda y me pasaron al área de ginecología.

 

Una vez en consulta, subida en la camilla, con varios médicos mirándome, me acabaron diciendo que tenía cáncer de útero.

Sin anestesia, sin prepararme emocionalmente. Mi mundo se vino abajo.

 

Ese día me quedé ingresada y me informaron de cómo sería mi tratamiento: 6 sesiones de quimioterapia, 30 de radioterapia y 4 de braquiterapia.

 

Fue duro, no lo voy a negar. Pero lo afronté. Decidí seguir sonriendo y que aquello no podría conmigo ni con mi carácter ni ilusión de vivir.

 

Una vez terminado el tratamiento, me dieron el diagnóstico: todo había salido bien. Sin embargo, en una de las revisiones a los pocos meses, en el pec tac vieron que había una inflamación.

Volvieron a hacerme la misma prueba a los 3 meses y la inflamación seguía por lo que decidieron hacerme biopsia: Había reactivación de células cancerígenas.

 

La única opción que me dieron fue la histerectomía radical, que supone extraer útero, cuello uterino, parte superior de la vagina y ligamentos y tejidos a su alrededor.

Mi primera reacción fue negarme, pero al final me dí cuenta de que era la única opción posible. Me operaron el 5 de noviembre de 2020.

 

Tu vida cambia en ese momento. Yo me sentí menos mujer, con menor valía. Además, a mi situación se unía que no tenía trabajo y que mi prestación por desempleo se agotaba. Sin posibilidades de buscar trabajo por la pandemia y por estar en tratamiento, los sentimientos negativos crecían.

Realmente me sentía desamparada e indefensa por todos lados. Tuve que trabajar duro a nivel emocional para darme cuenta de que yo valgo más que las circunstancias que me han tocado vivir.

 

Las mujeres que pasamos por este tipo de cáncer tenemos que asumir que no podemos ser mamás por la vía natural. La radioterapia quema nuestro útero y afecta a nuestros ovarios por lo que la gestación es prácticamente imposible. En mi caso, con la histerectomía radical era imposible. Existen otras opciones como la adopción o la gestación subrogada, pero no es fácil ni económico.

 

A veces siento frustración por lo que he vivido, ¿por qué a mí? ¿Por qué he tenido cáncer? ¿No he tenido suficiente con el cáncer que también debo renunciar a tener hijos?

 

Ahora me enfrento a un montón de médicos y pruebas cada dos por tres para vigilar que no se desarrolle el cáncer o no se produzca ninguna complicación.

 

Es un estado de alarma constante, miedo, angustia, frustración y preocupación que no acaban y que agotan física y emocionalmente.

A día de hoy no veo posible que esos sentimientos puedan desaparecer algún día, sobre todo días previos a las pruebas.

 

Durante todo el proceso tuve el apoyo de mi familia y mi pareja. En cuanto a la pareja, no ha sido fácil para ninguno de los dos, pero en todo momento he sentido su apoyo para no dejarme caer. Nuestra relación ha cambiado. No nos enfrentamos a los problemas o inconvenientes de la misma manera que antes y valoramos otras cosas. El tema de los hijos es algo que aún nos afecta ya que deseábamos ser padres algún día pero ahora solo puedo pensar en recuperarme del todo. Quizás más adelante haya otras opciones.

 

Una vez que ha pasado todo, me siento más fuerte, aunque a veces me permita sentirme triste. Físicamente tengo un dolor en el coxis que me incomoda bastante, pero estoy buscando la solución para aliviarlo.

 

Si tuviera que cambiar algo, pediría a los médicos que tuvieran más tacto y humanidad a la hora de dar un diagnostico de este tipo, tener algo de psicología para preparar al paciente al menos unos minutos antes. Y durante el tratamiento, lo que eché en falta fue consejos (uso de cremas, geles, …) e información de posibles consecuencias del tratamiento como las que estoy teniendo.

 

¡Esta es mi historia o así la he vivido! Espero que pueda ayudar a alguien que esté pasando por un momento similar.

 

¡Demos más importancia a la investigación para prevenir y poder ofrecer un tratamiento más adecuado a cada paciente!

 

 

 

Raquel Godoy

El cáncer infantil contado en primera persona

El cáncer infantil contado en primera persona

Todas las madres tenemos algo especial, todas somos increíbles y hacemos cosas imposibles por nuestros hijos. Pero si queremos hablar de cosas extraordinarias, sentimos que las madres que tienen hijos que han pasado por un cáncer o que están pasando por un cáncer son de otro planeta. Tienen una fuerza, resiliencia y una capacidad de adaptación y superación extraordinarias.

 
 

Queremos contar el caso de Vanesa, una mamá con dos hijos de 9 y 6 años. En 2018 detectaron cáncer a su hijo menor. Con su testimonio queremos mostrar el proceso desde el inicio, desde las primeras sospechas, hasta la recuperación de Julen y cómo lo ha vivido esta madre.

1- El inicio: unos síntomas que generaron sospechas.
 

Los síntomas de Julen llegaron bastante repentinos. Mostraba fuertes dolores de estómago. Sin nosotros saber nada, el tumor comenzó a tocar el hígado, por lo que lo inflamó e hizo que las heces fueran “extrañas”.

De repente, nuestro niño enérgico, se levantaba cansado. Salía del cole (justo empezaba P3) y no jugaba en el parque. Algo le pasaba.

 

Dejó de comer. Por las noches gritaba de dolor, dolor que en ocasiones iba acompañado de arcadas. Fui reiteradas veces al médico. Al mostrar síntomas como dolor abdominal y malas deposiciones hicieron varias pruebas de intolerancias, parásitos etc.

 

Mi instinto de madre me dijo que debía actuar. No reconocía a mi hijo: no jugaba, no sonreía, no era feliz. Lo llevé al mejor hospital que hay en mi comunidad.

 

El neuroblastoma no se encuentra en ningún órgano, sino más bien, conforme va creciendo (generalmente en el abdomen) va mostrando señales según desplaza a otros órganos.

 

La detección temprana es un factor clave en enfermedades así. Los síntomas de Julen tardaron en salir, lo que hizo que el diagnóstico fuera más tardío y el tumor tuviera unas dimensiones considerables cuando se lo diagnosticaron.

 

Mi instinto me hizo buscar una alternativa al diagnóstico que me daban inicialmente porque sabía que mi hijo no era así y que algo no iba bien.

2- El diagnóstico

 

Hasta que dieron el diagnóstico final el proceso fue muy largo. No solo se trataba de saber que era un tumor, sino de saber qué clase de tumor era. Buscar el nombre y apellidos del tumor para dar con el tratamiento más adecuado. Fueron entre 2 y 3 semanas.

 

Hubo muchas pruebas de descarte ya que el neuroblastoma es un tumor que se disemina fácilmente por el cuerpo. Él lo tenía en los ganglios superiores y se tenía que descartar metástasis en huesos, sangre y médula.

 

Los médicos eran poco optimistas. Ese tipo de tumores “es de bebes” y Julen ya tenía 3 años. Las probabilidades de que estuviera por todo el cuerpo eran muy altas.

 

En esos momentos me sentí muerta en vida. Llegué a tener pensamientos muy duros como visualizar el funeral de mi hijo. Sentía y pensaba que me moría literalmente, que no sería capaz de aguantar con semejante dolor.

 

Mi error fue encerrarme en mi misma. No pedí ayuda psicológica, quizá por falta de tiempo, quizá por miedo a parecer débil. Mi cuerpo estaba en automático, tiraba tiraba tiraba. Mi obligación era estar bien, que Julen me viera bien. No podía flaquear, porque entonces me daba la sensación que todo se vendría abajo. Si yo me hundía, Julen se hundía.

 

Un grave error. Tenemos que permitirnos llorar, venirnos abajo, aprender a delegar, a pedir ayuda. Aún recuerdo cuando familiares me decían de turnarnos las noches de ingresos porque iba directa al trabajo después , pero yo no quería. No me lo permitía, quería estar siempre ahí. Ahora me doy cuenta de lo necesario que es contar con esa ayuda y permitirnos “sacar fuera” esa presión interna que nos oprime sin darnos cuenta.

3- El tratamiento

 

El tratamiento es una montaña rusa. Por un lado es un alivio porque sientes que hay cura, pero por otro lado es una etapa muy dura. Es duro ver como algo que te puede salvar la vida te hace tanto daño a la vez.

El tratamiento fue rápido. Su organismo respondía muy bien y se recuperaba pronto de las neutropenias. Pronto llegó la operación.

Para mi, como madre, fue duro despedirme de Julen durante la operación. El tumor estaba cerca de la vena aorta y era una operación arriesgada. Todo salió bien.

 

Después, llegó la radioterapia. Julen se encontraba con fuerzas durante la radio. Es increible las fuerzas que sacaba. Fue tan bien que incluso nos dieron permiso para que fuera al cole algunas horas. Parecía que llegaba la “normalidad”.

4- Mis sentimientos como madre de un niño con cáncer

 

Al principio lo pasé muy mal. Pensaba que no sería capaz de salir de ese pozo. Si perdia a mi hijo se me acaban las ganas de vivir. No podría salir adelante. Poco a poco me acostumbré, y viví la situación como algo más normal. Acabé aceptando que nos había tocado vivir eso.

 

Mi familia quizá lo vivió más al límite. Supongo que no estar en primera persona, no querer molestar, debe generar más ansiedad.

Tengo mucho que agradecer a mis padres, a mi hermana, a mi pareja y a la familia que estuvieron muy pendientes de cómo iba todo.

 

Ahora que todo ha pasado, lo que cambiaría sin duda es el permitirme relajarme y pedir ayuda. Es normal tener miedo ante el cáncer. Es normal sentirnos desbordados en algunos momentos. Es normal mostrar nuestra debilidad en ocasiones. Es necesario sacar nuestras emociones y sentimientos.

 

Desde fuera se nos ve como personas valientes, como personas con una fuerza tremenda y cuando te vienes abajo te sientes culpable y evitas mostrarte así. Para mi fue un error. Yo necesitaba venirme abajo para seguir. Necesitaba llorar para limpiar heridas y seguir. Desconectar para recargar pilas y seguir. Ahora no creo que fuera peor madre por haberlo hecho, ni menos valiente. Ahora lo veo como algo necesario, cuidarse para poder cuidar mejor.

5- Recuperación

 

La recuperación siempre es una meta soñada. Un alivio. Pero para los padres que hemos estado ahí dándolo todo, preocupándonos por cada momento, es también un bajón. Un momento de parón cuando realmente empiezas a ser consciente de lo vivido. Suena inexplicable. Todo lo que te hacía seguir avanzando, moviéndote, estar “activa” se para de golpe y te vienes abajo. Cuando todo acabó me derrumbé, me vine abajo, lloraba por las noches. Miraba a Julen y sentía como una especie de sentimiento de compasión que me generaba una tristeza tremenda. Llegar a la meta hizo que me desplomara y me quedara sin fuerzas. Todo lo que no expresé durante el proceso, me vino de golpe al llegar a la meta.

 

Ahora que Julen está recuperado sigo con miedo. Cada prueba, cada control, me genera ansiedad. Tengo miedo a una recaída. Tengo pensamientos tipo: ¿si la vida me lo ha dado una vez, por qué no dos?

A pesar de todo, he trabajado duro mis emociones y aprendido a mirar la vida con optimismo. Siempre intento buscar un “para qué”. Quizás la vida nos dio esta experiencia para darnos cuenta de que vida solo hay una, y que ésta. Si no eres consciente pasa de largo. El cáncer de mi hijo ha cambiado mi forma de ser y de mirar a la vida. Antes no valoraba ni agradecía cada momento vivido. He aprendido a apreciar lo hermoso de la vida y a pedir ayuda cuando lo necesito.

 
 
Vanessa Regos

Mamá de Leire y Julen

Maestra de educación infantil

 
 

Instagram: Crianza_con_besos

 
 
¿Es importante ir al psicólogo durante o después del tratamiento oncológico?

¿Es importante ir al psicólogo durante o después del tratamiento oncológico?

¿Cómo me puede ayudar un psicólogo en mi proceso de cáncer?

 

Podemos encontrar opiniones muy dispares si preguntamos a varias personas. Hay quien no puede vivir sin su psicólogo y quien considera que los problemas los puede/tiene que solucionar uno mismo.

 

No hay opiniones mejores o peores. Solo hay formas distintas de enfrentarse a unas situaciones u a otras, y momentos personales diferentes. Lo que está claro es que no es necesario sufrir y pasarlo mal cuando un psicólogo o terapeuta puede guiarte para identificar tus bloqueos, ayudarte con herramientas para afrontar situaciones dolorosas y buscar salidas a ese malestar.

 

Ania, psicóloga y terapeuta Gestalt, te cuenta en este vídeo cómo te puede ayudar un psicólogo.

 

Si te encuentras mal, no dudes en llamarnos o escribirnos.

 

 

Sesiones gratuitas para pacientes con cáncer y sus familiares.

 

 

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