Logo Contra el Cáncer png mediano

Contra el CÁNCER CAMBIA el Guion

Re-Conocerce con el cáncer

Categoría: Experiencia de paciente

¿Qué posibilidades hay de ser diagnósticado de cáncer el mismo día que se declara una pandemia mundial? Nunca se me han dado bien las matemáticas, pero creo que no muchas.

 

Soy Vanessa, tengo 42 años y he pasado por un cáncer de mama no hormonal. Dicen que es “rarito” a mi edad, palabras textuales de dos médicos. Tengo que decir que soy hiperactiva y mi hijo adolescente también, por lo que rarito forma parte de mi normalidad, si es que existe tal cosa.

 

Mi proceso fue que me encontré un bultito sospechoso y fui al ginecólogo, deciros que hacía 4 meses me había hecho eco y mamografía y todo parecía normal. Me encanta la palabra normal, bueno pues gracias a que he sido hipocondríaca toda mi vida, volví al médico y ahí fue cuando cerraron todas las clínicas y hospitales por lo que sólo llegué a que me hicieran la ecografía y tuve que tocar varias puertas hasta que conseguí que me hicieran una biopsia, el proceso posterior supongo que muchas y muchos ya lo conocéis, cirugía, quimioterapia y radioterapia.

 

El cáncer era un conocido para mí porque mi madre, mi abuela y dos tías tuvieron cáncer de mama, por eso yo me miraba desde los 35 años, he visto la experiencia de cada una de ellas y han sido diferentes, aunque han demostrado ser unas valientes y lo han sobrevivido muchos años. También he podido comprobar que la actitud es muy importante, y la compañía y el amor.

 

Los primeros meses estaba tan asustada que tomaba pastillas y vivía en un auténtico thriller, la peor de mis pesadillas. Necesité ayuda psicológica desde el minuto uno, y la pedí, usé todos los recursos que encontré, alimentación, meditaciones, ejercicio, redes sociales, vídeos de youtube, conocí a gente maravillosa, supervivientes con los que contacté por iniciativa propia y me aportaron sus testimonios de viva voz dándome fuerza para caminar por un camino que si bien yo conocía como copiloto, ahora era yo la que pilotaba.

 

No fue nada fácil, más cuando perdí a estas dos tías en un mes, en pleno confinamiento y yo en tratamiento aún, hablaba por teléfono con ellas y me daban ánimos y yo a ellas, resolviendo y perdonando alguna rencilla pasada que no nos íbamos a llevar.

 

Todo me parecía muy fuerte, a ver qué hacía yo con toda esta experiencia, una opción era dejarme caer horrorizada y otra lo que había hecho toda mi vida, adaptarme a la situación y vivir, conectar y re-conocerme. Una de mis nuevas valientes amigas, me recomendó “contra el cáncer cambia el guión”, y allí conocí a Andrea, que me ha acompañado hasta el día de hoy, y gracias a la que he iniciado un proceso interior de sanación y autoconocimiento.

 

Lo más importante que he aprendido y que me ha enseñado el cáncer, es que puedes afrontar este camino como un proceso de degeneración o de regeneración, y esto lo elige cada uno. Puedo pensar en lo duro de los tratamientos o dar las gracias por recibirlos, en maldecir mi suerte o dar gracias a la vida por abrir los ojos cada día y ver a mis hijos. El cáncer me ha enseñado a perdonar y perdonarme por no ser perfecta, ni normal, y a activar procesos curativos internos que trascienden a lo establecido, porque no sólo se cura y sana el cuerpo sino las emociones también.

Las pruebas médicas me dan mucho miedo pero pienso que son sólo fotografías de un instante de mi vida y de mi cuerpo y esto está en continua transformación. Yo soy mucho más que un momento de mi vida, yo soy una experiencia en proceso y agradezco a todos mis acompañantes, entre ellos a Andrea, la oyente que yo pedí que fuera mujer para hacer cómplice de mi tortuosa vida con el sexo masculino, de mis miedos presentes y pasados.

 

A día de hoy, estoy recuperándome de los tratamientos recibidos y acudiendo a revisiones cada 3 meses, mientras tanto vivo. Y me re-conozco, y me paro a escucharme y a observar mis relaciones y mi entorno, ¿a dónde iba tan deprisa?, toda mi vida en estado de alerta sin saberlo, sin disfrutar la vida, me re-conozco porque lo estúpido era vivir como inmortal.

 

 

Vanesa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *