Cuidadora en apuros

Cuidadora en apuros

Hola soy Andreina, mami de Daniela Valentina, quien tiene 10 años y fue diagnosticada con  Leucemia (alto riesgo) el pasado Abril del 2020. El diagnóstico una catástrofe, en pandemia y en un país donde las condiciones sanitarias son nulas.


Ese 24 de Abril, confieso que no entendía nada, ni siquiera la conmoción de personas allegadas y el equipo sanitario que nos atendió, solo active mi armadura y me conecte con el hacer, con todas esas labores que creía debía hacer para lograr la sanación de mi niña, no quería detalles, ni oír mencionar la palabra Cáncer… “solo que me hablarán de Leucemia y  las pautas de lo que tenía que hacer”, protocolos, medicamentos, costos, aunque en las noches no lograba descansar solo lloraba, sentía que algo muy fuerte estaba destruyendo mi corazón, mi estabilidad y lo que yo creía controlaba en mi vida,  pero al salir el sol, me volvía a vestir con la armadura.


Así pasaron los días,  donde me esforzaba por no mostrar la hipersensibilidad que tenía  ante todo lo que sucedía a mí alrededor, pero igual me veía débil. Tanta gente que nos ama, que querían cuidarme, alimentarme, recordándome la mujer  y ser humano que soy,  que olvide o quizás ahora que escribo estas líneas les confieso que destruí, con la rabia de mirarme vulnerable e insuficiente para mi pequeña.

Llegamos a España con dos maletas, y un deseo enorme de salvar a nuestro tesoro, hubo tareas que exigían la migración, perfectas para mi personalidad, así que seguí ampliando mi libreta de pendientes, con trámites legales y supervivencia, porque en realidad no teníamos ni donde vivir.


Al aeropuerto de Barajas, llego solo una madre y esposa que por amor haría todo lo necesario para acompañar a su niña en esta dura experiencia, abonando terreno y bajando nubes para hacerle más confortables sus pisadas.

 

El hospital se convirtió en mi hogar, mi refugio…  mi cabeza era un torbellino de pensamientos, sensaciones nuevas para mí, y cuando tenía que emitir algún sonido, procuraba que fuera música para quien me escuchaba, “todo bien”, “progresando”, “es parte del proceso”, “no necesito nada”  y la verdad es que todo era una desastre, es muy duro, ver a mi hija recibiendo una bomba química… para Sanar, donde muchas noches la morfina era nuestra aliada.

 

 

Un día tuvieron que hacerle una tomografía urgente, por una repentina  inflamación, ya teníamos días con una mucositis grado 4, vomitaba sangre… en ese momento esperando afuera en la sala, me dije “esto no está bien”, yo no me siento bien, no tenía la capacidad ni siquiera de expresar lo que sentía, fue la primera vez que tuve una mínima consciencia sobre mí, pero igual seguí adelante… fui realmente muy atrevida y  cabeza dura en continuar sin ayuda, creía que leyendo y poniendo en práctica herramientas que aprendí en el pasado, podía con todo… si, alivianaba algunas cargas, pero ya estaba muy agotada emocionalmente.

Meses después acepte el acompañamiento de Andrea… fue liberador, porque no es solo el Cáncer como la enfermedad de mi hija… era como yo  convivía con eso y como podía ser su mejor apoyo, soy Cuidadora, una mamá cuidadora.

 

Logré entrar en una habitación oscura de mi alma y pude ver  la frustración, ese desvanecimiento  de la mujer independiente, profesional, con ideas de futuro, la que el miedo y la incapacidad invadían cada latido. Logré darme cuenta de todas las competencias que tenía y que solo era necesario observarlas y empoderarme con ellas.

Aprendí que para ser la mejor cuidadora, es importarme cuidarme, conversar, saber que está bien lo que siento, que está bien ser frágil… sentir miedo y reconocer que el amor es mi herramienta más valiosa para crear una nueva realidad, el amor de un cuidador es irremplazable,  es lo que te da la habilidad para responder ante cualquier situación.


Elegí seguir viviendo esta experiencia sin porqués, creyendo en la sanación de mi hija, confiando en mi intuición y en la confianza que le puedo ofrecer a ella, para expresar lo que siente, logrando estar a su lado sin ser una carga y  sin dejar atrás esa mejor versión de mí, que está en construcción.


Soy Andreina una cuidadora en apuros, madre, esposa y una mujer con muchos deseos, anhelos y  ganas de seguir adelante.

No dudes ni un segundo en pedir ayuda, para acompañar es importante sanar…