Aislamiento hospitalario, ¿Cómo se vive?

Aislamiento hospitalario, ¿Cómo se vive?

Navidades diferentes, navidades con cáncer.


Llega la navidad, época de encuentros y reencuentros, de cenas de amigos, compañeros de trabajo y familia. Este año la navidad va a ser diferente. La COVID-19 nos ha cambiado el rumbo y lo que antes nos parecía “lo normal” ahora es “lo extraordinario”.


Hemos pasado del contacto físico al virtual, de los abrazos a los saludos en la distancia; de la sonrisa de oreja a oreja a la sonrisa con los ojos porque la mascarilla oculta nuestra boca.


Todo esto que parece nuevo, para los que vivimos o hemos vivido y convivido con el cáncer es algo habitual. El riesgo de que cualquier “bichillo” nos pueda hacer daño, es un miedo que nos acompaña diariamente durante la enfermedad y después de haberla superado.

¿Y qué sucede con la Navidad? Esta Navidad que para millones de personas este año va a ser diferente, para los pacientes con cáncer y sus familiares la vida es diferente hace tiempo, y la Navidad lo será aún más rara si cabe con los protocolos cada vez más estrictos para los pacientes oncológicos. Un desafío más que se suma a la enfermedad.


En mayo del 2013 a mi hijo pequeño le diagnosticaron una leucemia linfoblástica aguda. Acababa de cumplir 13 años. Su vida y la de toda la familia dio un giro de 180º. Pasamos de tener planes de futuro a vivir, valorar y disfrutar cada segundo. El proceso de Guille fue largo, como el de muchas personas con cáncer.


Posiblemente no te acostumbras a vivir con ello, pero si aprendes a vivir en la nueva situación.

La enfermdad cambió el sentido que teníamos de la Navidad para los adultos que rodeábamos a Guille. Las prioridades con el cáncer cambian, y mucho. Pero ya sabemos lo importante que son estas fechas “mágicas” para los niños. Fueron varias Navidades las que pasamos rodeados de incertidumbre y nos inventamos otras formas de vivirlas. Desde entonces, ya nunca más unas Navidades volvieron a ser lo mismo para nosotros.

La primera fue pre-trasplante, lo que se traduce en evitar contacto con cualquier persona para evitar riesgos previos al trasplante. En Navidad nos tocaría estar en el hospital por lo que ya serían “diferentes”. Así que decidimos vivir la llegada de Papá Noel en el día de San Nicolás, como hacen alemanes y holandeses, ¿por qué no? En casa, con la decoración navideña, comida especial (saludable y libre de grasas) y con la misma ilusión y emoción. Realmente fue un día muy especial e inolvidable.


A la semana, los planes cambiaron. El trasplante cambiaba de fecha. Lo aplazaban a enero. En medio, dos chutes potentes de quimio. Navidades entre hospital y casa, sin visitas y sin contacto de otras personas que no fuésemos convivientes.


¿Cómo es una Navidad en el hospital oncológico pediátrico?

Puede que suene raro, pero es alegre. Se celebra la vida, en la fecha que sea. En Nochebuena y Nochevieja las familias hospitalizadas se unen para compartir momentos, situaciones, sentimientos y la alegría de ver a nuestros hijos sonreír juntos ¿puede haber mayor regalo?


Posiblemente este año las personas ingresadas o aisladas lo vivan con mayor tensión aún, mayores restricciones. Pero no importan las fechas ni el lugar, lo verdaderamente importante es el cómo lo vives y con quién, aunque sea virtual. Si estás receptivo la ilusión y el amor se siente de la misma forma.


Mi consejo es que vivas las Navidades, tus Navidades, de la forma en la que quieras, y cuándo quieras. Busca salidas a las limitaciones y reinventa esos momentos de ilusión.





Marta Brule.

Coach oncológico

Superviviente de cáncer

¿Qué es el acompañamiento oncológico?

¿Qué es el acompañamiento oncológico?

Al año, se detectan en España más de 270.000 nuevos casos de cáncer. Nuevos casos que se suman a los que están ya en tratamiento, a los que superaron la enfermedad y a los que lamentablemente ya no están entre nosotros.


Somos muchos los afectados por el cáncer. Me atrevería a decir que todos, absolutamente todos, hemos tenido a un familiar cercano enfermo de cáncer en algún momento de nuestra vida. Incluso si me apuras, te diría que más de uno.


La enfermedad nos afecta de muchas maneras. Cada persona la afronta de una forma distinta, y diría que única. Unas personas con mayores recursos emocionales y, otras, más limitados. Sin embargo, todos experimentamos los mismos sentimientos, dudas, incertidumbre, miedo, lucha, ganas de vivir, momentos de tirar la toalla, negativismo, positivismo, desgaste, superación,…


Seas paciente o seas familiar, has pasado por estos momentos en alguna ocasión durante el camino de la enfermedad. El camino es duro, no sabemos dónde nos llevará, pero si podemos elegir como caminarlo.



Y eso es precisamente en lo que consiste el acompañamiento oncológico. Acompañarte en el camino para que vivas el proceso en el presente, dándote herramientas para minimizar los miedos futuros que te permitan vivir el presente sin pensar en la incertidumbre del después, trabajando emociones y sentimientos actuales que te permitan liberarte de malestares internos y vivas el presente con la plenitud que te mereces, aprovechando cada segundo de tu vida sin angustias, poniendo nombre a la realidad y a la enfermedad sin tapujos.




¿En qué consiste exactamente el coach oncológico?

El acompañamiento oncológico se realiza en sesiones de 45 minutos, online, una vez a la semana, en las que tendremos un espacio para hablar sobre aquello que te preocupa en la actualidad. Junt@s buscaremos alternativas a ese malestar o malestares que te acompañan y te impiden vivir con plenitud.

La duración a lo largo del tiempo de las sesiones dependerá de la evolución de cada persona y de la valoración del “acompañante”.


¿En qué me va a beneficiar?

  • Será un espacio personal de desahogo libre de juicios y prejuicios. Un espacio para ti y tu autoconocimiento.
  • Descubrirás herramientas que hay en ti, y que desarrollarás con mayor profundidad, para buscar solución o alivio a tus preocupaciones.
  • Desarrollarás habilidades para confrontar los sentimientos negativos.
  • Encontrarás rutas para vivir el presente sin preocuparte de más por el futuro.

Por desgracia, tengo mucha experiencia con el cáncer. He recorrido largos caminos que me han permitido aprender del proceso y conocerme a mí misma para enfrentarme con positividad. El camino no es fácil. El tiempo es lo más valioso que tenemos en ese camino.


No sabemos a dónde nos llevará el camino, pero si podemos elegir como vivirlo.


Si quieres que te acompañe, estoy deseando empezar el camino. Escribe a hola@contraelcancercambiaelguion.org o llamanos al 91 051 59 65.





Marta Brule.

Coach oncológico